Los egipcios escribían con jeroglíficos; los signos escritos
representaban sonidos o palabras, pero nunca letras, como ocurre en nuestros
alfabetos modernos. Los semitas utilizaron en signos fonéticos. Pero cuando se
desarrollaron las comunicaciones entre los pueblos se hizo necesario un sistema
de transcripción que pudiera ser utilizado por todas las lenguas habladas en
Oriente Medio. En Ugarit se utilizan treinta signos, cuyo abecedario los
enumera en un orden que será más tarde el orden alfabético. El alfabeto
semítico antiguo se extiende por todo el Mediterráneo, a partir de una época no
determinada aún. El primer texto descubierto es una inscripción sobre la tumba
del rey Ahiram, de Biblos (del siglo XI) que pone: AHRM (Ahiram) MLK (Malik:
rey) GBL (Gebal: Biblos). Este alfabeto fenicio sólo tiene consonantes y el
texto se lee de derecha a izquierda. Este alfabeto fue adoptado por los arameos
y los hebreos, más tarde, los griegos y los etruscos lo introdujeron en Europa
occidental.
Entre el V y IV milenio a.C. aparecieron los primeros
códigos de escritura, en Egipto, Mesopotamia y China. También se inventaron
otras escrituras ideográficas, como la hitita, la cretense y la cuneiforme de
los sumerios; sin embargo, la verdadera revolución de la escritura vendría con
la utilización de un código fonético: el alfabeto. Aparecido a mediados del II
milenio a. C., el alfabeto se difunde en pocos siglos por todo el Oriente
Medio. El alfabeto arcaico de los griegos se transmite a los etruscos y a los
latinos. Hoy utilizamos la forma latina de este alfabeto, y su éxito se debe al
Imperio romano, que lo difundió en la actual Europa. Con el contacto con muchos
idiomas distintos el arameo cambió hasta llegar a morfologías más curvas,
entrelazando varias letras y dando origen a escrituras como el sirio o el
avéstico en Persia. En India nació el alfabeto Brhami, que en los siglos
posteriores se difundió dando origen a más de doscientos alfabetos distintos.
Con la expansión del Islam el alfabeto se difundió en un área muy extensa,
entre España y el sudeste asiático. En el continente americano habían sido
inventados unos sistemas de escritura ideográficos, como el maya y el azteca,
pero con la conquista y la colonización las formas de escritura desaparecieron.
Por último, el alfabeto de Palestina llegó a difundirse en todo el mundo con la
única excepción de la escritura ideográfica china y de las formas derivadas de
ella, como el japonés. Los sistemas de escritura tienden a ser conservadores,
incluso no faltó en sus orígenes la atribución de ser un regalo de los dioses.
Todo cambio o modificación ortográfica plantea grandes dudas, e incluso en los
congresos de lingüistas que se plantean la necesidad de reformar la ortografía
para eliminar pequeñas incoherencias, existen grandes resistencias para
llevarlo a cabo, y es difícil llegar a acuerdos y compromisos. El primer
escrito que se conoce se atribuye a los sumerios de Mesopotamia y es anterior
al 3000 a.C. En el caso de los egipcios se conocen escritos que proceden de
unos cien años después y también testimonian el principio de transferencia
fonética. En la última mitad del segundo milenio antes de Cristo los pueblos
semíticos que vivían en Siria y Palestina tomaron el silabario egipcio bajo la
forma más sencilla y reducida (esto es, los signos de consonante más cualquier
vocal), y abandonaron sus ideogramas y su silabario complejo. Este nuevo
silabario estaba prácticamente hecho, porque los egipcios nunca escribieron
vocales. Los griegos tomaron su escritura de los fenicios y dieron el último
paso, pues separaron vocales de consonantes y las escribieron por separado; así
se llegó a la escritura alfabética en torno al 800 a.C.
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